¿Qué son?
Una cicatriz queloide es el resultado de un proceso de curación que ha extendido más allá de los límites originales de la herida, formando una protuberancia palpable sobre la piel. Aunque toda cicatriz pasa por un proceso donde al principio es más visible y con el tiempo tiende a aplanarse, en algunos individuos, esta curación se magnifica, resultando en una cicatriz prominente y visualmente notable, conocida como queloide.
La razón exacta de la formación de cicatrices queloides aún no se comprende del todo. Es probable que haya una combinación de factores genéticos, ya que se ha observado que en ciertas familias hay una mayor tendencia. Hay individuos que, independientemente de la magnitud de la herida, ya sea una picadura de mosquito o una lesión causada por acné, pueden desarrollar queloides.
Aunque pueden formarse en cualquier lugar del cuerpo, es más común encontrar queloides en la parte superior del pecho y en la espalda. Curiosamente, en la misma persona, mientras una lesión puede sanar sin problemas en un lugar, en otro puede desarrollar un queloide. Es un hecho reconocido que las personas con tez más oscura o de origen africano tienen una propensión más alta a formar queloides que las personas de tez clara.
Tratar los queloides puede ser un desafío. Dado que se originan de un proceso de cicatrización amplificado, eliminarlos quirúrgicamente puede resultar en la formación de un queloide aún más grande. Por lo tanto, no se suele sugerir como primera opción.
Hoy en día, el enfoque que ha demostrado ser más efectivo en muchos casos es una combinación de tratamientos con infiltraciones y uso de láser. Las infiltraciones implican inyectar un medicamento dentro del queloide para reducir su tamaño y suavizar su apariencia. Esta técnica puede requerir múltiples sesiones, espaciadas de 1 a 3 meses, según el caso. En Radiante, además, incorporamos la tecnología de láser fraccionado, que contribuye a la mejora de la apariencia de los queloides y otras cicatrices. Con esta combinación de técnicas, hemos logrado resultados notables.
Para apreciar la eficacia de los tratamientos dermatológicos contra los queloides, no hay nada más elocuente que las imágenes de antes y después. Estas imágenes actúan como una evidencia visual de la transformación que un tratamiento adecuado puede alcanzar. Al observar la apariencia inicial de la cicatriz y compararla con los resultados post-tratamiento, es posible notar no solo la disminución del tamaño y prominencia del queloide, sino también la mejoría en la textura y apariencia general de la piel.
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